Tengo una madre que es un tesoro. Vale más que 100 madres juntas, tiene las pilas Duracel, no importa lo que haya dormido, aún tiene cuerda si tiene que levantarse a atender a un bebé varias veces por la noche. Al día siguiente, estará igual de amorosa y paciente que si hubiera echado "la siesta" de La Bella Durmiente (quién la pillara!!!). La verdad es que debería dedicarle un post halagador, que no lo he hecho aún y ya ha pasado el día de la madre dos veces desde que tengo el blog... ¡qué malahija además de malamadre soy! Jajaja!!!
Bueno, en resumen, que es una madre maravillosa,
pero...Maldita palabra el "pero", que convierte el halago en una crítica. Pero sí, hoy vengo a criticar. ¡¡Qué malaje soy!! Venga, la criticaré pero con cariño, entendedme, que yo la quiero mucho, pero a veces tiene ese detalle que te saca un poco de quicio. Ya menos, no me lo tomo tan mal como antes, ya no le digo nada, pero a veces... ¡clama al cielo! Me parece injusto. Pero ahora que soy madre, puede que empiece a comprenderla un poco mejor, y quizá, algún día entienda del todo porqué hace lo que hace.
Resulta, que aún no he contado qué vengo a criticar, que mi madre tiene dos hijas muy diferentes. Al menos, yo creo lo más parecido que tenemos mi hermana y yo es el número del DNI (es todo igual, menos el último número). Quitando eso, somos como un huevo y una castaña. Coincidimos en algunas circunstancias, pero somos dos personas con personalidades totalmente diferentes. Quizá no ayude mucho a tener una buena relación, de esas que se ven por ahí de "hermanísimas del alma".
La cosa es que para mi madre, oye, somos dos gotas de agua. Todo igualito oye. Y claro, mi madre coge dos circunstancias "iguales" o similares y aprovecha a igualarnos. Es decir, me alaba diciéndome: oye, igualito que tu hermana.
Vale, lo asumo. A tus ojos somos iguales... menudo espejo me pones, no estoy de acuerdo en nada, pero si tú lo ves así...
Pero ahora, ahora viene lo bueno. Empieza a hacer lo mismo con nuestros hijos. Las dos tenemos un niño y una niña, casualidades de la vida (son las circunstancias en las que coincidimos) y mi madre empieza a igualarlos a ellos también.
Así que si espero oír un halago hacia mis hijos, sé que irá unido a un halago "similar" (a ojos de mi madre) para los hijos de mi hermana. Esto que ya de por sí es cansino, si es flagrantemente no-similar, a mí me empieza a cargar. Aunque veo, que o me lo voy comiendo con patatas, o no escucharé un halago sano por parte de mi madre.
Muy bien, ya os he soltado el rollo, pero supongo que todos estaréis esperando los ejemplos para comprobar que efectivamente estoy desquiciada, demente total, tengo un déficit de personalidad que me hace ver las cosas como no son y encima me invento cosas. Seguramente, pero es mi blog y he venido a hablar de mí. Jajaja!!!
Sano sanote, te pongo unos ejemplos:
1) Reckless, que nace con los ojos claros (como suele ser habitual en los bebés, aunque luego se le queden los ojos de cualquier otro color), los tiene azules, preciosos, se le van poniendo azul marino, preciosos. Después grises, preciosos. Luego, gris piedra, preciosos. Más tarde, se le van poniendo pardos (entre verdes y marrones), como a mí, preciosos.
Mi sobrino, que nace
con los ojos negros, azules para mi madre¿?. Que poco a poco, se le van poniendo marrones, azules para mi madre ¿?. Y que ahora tiene los ojos marrones, preciosos, pero marrones, que oye, los ojos marrones no sé porqué no pueden ser, que son preciosos. Babymaker tiene los ojos marrones, preciosos también. Pues para mi madre, fueron azules durante dos años, el tiempo que tardó Reckless en sacar el color de ojos que tiene ahora.
¿Y a qué viene esta pelea con que el niño tenga los ojos azules? Pues ni P*** idea, que no sé porqué tenían que ser azules, ¿quizá porque mi hermana los tiene azules? Puede ser. Pero el padre del niño los tiene marrones, así que... ¿cuál era el problema?
Al principio intentaba explicarle a mi madre que ese color no es el azul, pero no había manera de convencerla. Babymaker me recomendó dejarlo, porque no tiene sentido discutir con alguien que se empeña en ver algo que no es convencida de que así es mejor... Sigo sin entenderlo.
2) El año que me puse a hacer el Máster para empezar el doctorado, mi hermana se puso a hacer el curso que le permitiría convalidar su título de Diplomatura por el de Grado. Bien, estudiar siempre es bueno. Bravo por ella.
Cuando se acercaba fin de curso, yo estaba con mis trabajos del Máster y ella con los suyos, del curso puente. No es por menospreciar a nadie, pero no es lo mismo. No es lo mismo hacer un trabajo de investigación leyendo bibliografía científica en inglés que hacer un trabajo de "religión" o el tema que fuese, sacando libros de la biblioteca.
Quedaré de friki, de aires de grandeza, pensad lo que queráis, pero no es lo mismo ni por el forro.
Comentario de mi madre:
las dos igual, estudiando.
Bien, sí, las dos estudiando, pero no igual. No me j****...
3) Mi Nena, que va camino del año, ha empezado a los 9 meses a ponerse de pie. Es una guindilla que no para quieta. Babymaker dice que todo lo que come (que es bastante!!) lo quema y no crece. Gatea y en cuanto ve la puerta del baño abierta va como un misil a entrar a ver dónde puede jeringar un poco: chapoteo en los cubos si hay algo a remojo, me meto dentro de la ducha, toco el tambor en el baño... ¡¡fiesta!!
Vamos, no para. Siempre ejercitando el cuerpo. Eso hace que con 11 meses haya conseguido la habilidad motora gruesa suficiente para ponerse de pie y tenerse sin apoyarse en nada ni en nadie. Sigue forzando sus límites y esta semana ha empezado a ponerse de pie y bailar: gira su torso y sus brazos de lado a lado, dobla un poco las rodillas y se vuelve a estirar. Eso, para una madre, si además lo acompaña de dar palmas, es bailar. ¿Que no?
Bueno, pues a la niña de mi hermana, que ahora tiene 7 meses, le ha salido el primer diente. Bien, me sorprendió que fuera tan pronto, porque a Reckless le salió el primero con 11 meses, y a la Pitu con 8.
Casualidades de la vida, estoy grabando a la Nena en uno de sus bailes y la tía coge y se lanza y da dos pasitos. ¡¡¡Sí, dos pasitos!!! Primero un pie, y luego otro. Eso sí, el siguiente le llevó de morros al suelo, pero no se hizo daño, porque tiene una técnica inigualable para aterrizar con la panza levantando la barbilla que da la risa verla.
Bueno, le mando el vídeo a mi madre, toda orgullosa y comentario: "¡Qué chula y precoz!"
Poco después añade (ahora viene cuando la matan): "Una echa un diente y la otra da pasitos.
Qué nietas más listas tenemos"
Primero siento: amargura agridulce, luego me da pena. ¿Por qué tiene que meter a mi sobrina "en la cazuela"?, ¿qué tiene que ver echar un diente con andar? ¿Esa es la inteligencia que puede alabar de mi sobrina? Vamos bien.
Seguro que os pareceré soberbia, que se me va la olla, que qué más da... Pues supongo que sí. Pero... estoy hasta las narices de soportar en mis carnes halagos "con complementos circunstanciales de lugar" (entiéndase, por cualquier otra circunstancia azarosa de la vida de mi hermana) para que ahora tenga que aguantar lo mismo con mis hijos. Que para que mi madre les llame listos o guapos o lo que sea, tengan que aparecer en la receta "los complementos circunstanciales de lugar" de mis sobrinos.
Resulta agridulce, y me... fastidia el momento.
Soy así, necesito un poco de exclusividad, sí. ¿Parezco hija sola? Pues igual, pero es que no me gusta que me comparen las cosas que se parecen como un huevo a una castaña. Y además, no se pueda discutir (entiéndase según la RAE:
1. tr. Dicho de dos o más personas: Examinar atenta y particularmente una materia.) porque parece que eres una chula.
Juzguen ustedes mismos:
¿billete para el manicomio?
Voy comprando, sí.